¿Alguna vez has pensado en la existencia de la H si es que al final, cuando leemos, por ignorarla? Pues, aquí verás el motivo por el cual se fue enmudeciendo esta letra, ya que no siempre fue “muda”.
En primer lugar, ¿se te hacen conocidas palabras como “farina”, “ferir” o “bufo”? Si no es así, al pronunciar suprime la “f” y verás cómo sí se te harán más conocidas de lo que pensabas. Actualmente usamos todas esas palabras mencionadas pero con una forma diferente de escribir y pronunciar.
El alfabeto es creación de las lenguas semíticas. Según se sabe, los que iniciaron en escribir las consonantes aisladas fueron los pueblos semíticos: los hebreos y fenicios. Es así que, la letra H deriva del hebrero heth, que en las lenguas semíticas significa “cerrado”; es por ese motivo que tiene la barra de en medio.
Los fenicios, los primeros en utilizarla, al parecer, la pronunciaban como una “J” aspirada. Después, los griegos la adoptaron, le dieron la forma mayúscula con la que se le conoce ahora y la pronunciaron como una suave aspiración. Luego, pasó al latín donde se fue suavizando el sonido. Del latín pasó al español donde, en un inicio, también se decía de forma aspirada, es decir, se pronunciaba emitiendo con cierta fuerza el aire de la garganta (similar a la pronunciación de la H en inglés). El español no se apropió solo de varios vocablos en latín que iniciaban con H sino también de muchos que comenzaban con F y que también en castellano comenzaban en un principio con esa letra. Con el pasar del tiempo, y debido a que en algunas zonas de España esa F se pronunciaba también aspirada, la letra inicial se sustituyó por la H a partir del siglo XIV. Al inicio, era la gente culta la que pronunciaba la H con una ligera aspiración pero a partir del siglo XV ello se consideró un vulgarismo, propio de las clases bajas y de gente no instruida. Es así que la H poco a poco enmudeció completamente.

Sin embargo, no la minimicemos, ya que es una letra que, aunque sea ignorada, tiene el poder de humillar a cualquiera. En tan solo una oración tendríamos que pensar muy bien antes de escribir, ya que tendríamos que decidir si la obviamos, si la colocamos al medio o al inicio. Ay, ahí hay un problema, ¿verdad? Y también hay un problema para la H: si está sola siempre será ignorada, necesita de la C para hacerse notar.

